Micromuerte y enredos de mi desarraigada mente

Blasfemos cánticos resuenan en mis oídos,
Dios baila tango con el Diablo,
dichosos sean mi ojos al verlo,
Cristo llora en un rincón, agazapado,
abrazando el manto de María,
así tal cual mi madre se llama,
aquella mujer que me crió caballero,
en este mundo de vagos y embusteros.

Cantando el trino del avecilla,
¿Qué será lo que quiere decirme?
Avecilla, illa illa,
Danzando veo pies en mi manos,
Y los empresarios tomando coñac celebrando,
y los empleados mirando a través del aparador,
soñando que fueran ellos quien disfrutan el calor del alcohol

Oh amados Vodka y Tequila,
martirizan al ganado
Minimizan al herido,
y yo riendo sigo bebiendo,
mientras el mundo al carajo se esta yendo.

Sonando rimbombantes los aviones,
que sagaces aquellos hombres!
soltando caricias de metal,
que explotan en un radio de democracia,
amor y ternura,
¡Pero miren como vuelan esos trozos de corazones alegres!,
¡Como sonríen cuando los ven caer!

Estimada cerveza que enfrías mis lamentos,
como de hermosos somos en mi tierra,
que necesitamos sentir pena para obrar bien,
Cuan satisfactorio es ese dedo en la boca,
ese papel higiénico tan honrado,
esos bancos tan honestos,
esas tiendas tan desinteresadas,
que nos permiten 27 horas de amor!
No necesitamos mas!
que alegría saber que en 27 horas aprendemos a ver y a amar.
Que grande es mi país,
y que pequeña es mi petaca,
oh elegante pisco,
déjame saborearos con limón,
me da igual si eres del sur o del norte,
yo bebo, así como beben allá arriba,
de Plaza Italia para arriba,
en desbocados tentempiés salvajes de aquellos hombres y mujeres de bien.

Salud a mi muerte, pues solo muerto digo la verdad,
Acaso el cosmos no es así de hermoso?
Polvo de estrella soy, sin rumbo sin dirección,
así como mis palabras,
mis sentimientos
aquellos bellos sentimientos;
desbocado Circo itinerante,
trapecistas varios y demases.
Salud por ellos. Por mi...
y que pena darme cuenta ahora, que al morir,
sigo vivo.